EL GRAN MAPA Y LA NECESIDAD DE LA DESCENTRALIZACIÓN E INCLUSIÓN
La cerámica resulta ser emblemática en nuestro país. Desde el hacer, nos vincula con el pasado y las formas de pensar en tanto integración y armonía con la naturaleza y sus cuatro elementos como principios de vida; con el presente, nos remarca la manualidad como un proceso que vincula conocimientos, creatividad y ética; y con el futuro, por lo que puede construirse a partir de ella misma, un panorama visto como un conjunto de centros y redes interconectados en situaciones de diálogo y prestaciones.
Es frecuente encontrar asociadas a la cerámica, en su práctica, necesidad y arte, nociones provenientes de su pasado. Principalmente a través del término derivado del griego antiguo: “symballein”, que significa “reunir”, “juntar”, palabra que deriva en la actualidad a Símbolo. “Huñuy” significa “unir” en quechua.
Nuestro deseo de reconocernos y reunirnos bajo un propósito común, se proyecta desde la necesidad de construir, a partir de la curaduría y la práctica artística, un proyecto de integración que, respetando las diferencias, promueva el dialogo y la inclusión, como una necesidad que urge unir nuestro país.
El propósito de esta propuesta artística: “HUÑUY: proyecto para consolidar un país”, se centra en la construcción de un gran símbolo: un mapa del Perú. Aquí se presenta la primera fase de su desarrollo: un mapa cerámico de 3 x 5 metros, que está actualmente exhibido en el Museo Nacional del Perú (MUNA) y está pensado como un modelo / prototipo para la segunda parte del proyecto, de mayor escala y alcance.
La segunda fase tiene como objetivo una nueva versión del mapa, compuesto de noventa (90) partes, como promedio máximo, todas en pieza cerámica, instalado en un espacio público y abierto, cuyas dimensiones aproximadas no serían mayores de 15 x 10 metros.
La construcción de cada pieza, se realizará mediante convocatoria de artistas ceramistas de procedentes de diversas partes regiones del país con el objetivo de generar con ello nociones de integración e inclusión. Cada parte será unida con otras, y en su junta quedaría la evidencia de la fragmentación del país que, a pesar de ello, resiste y mantiene su unidad esperando el diálogo y la inclusión.
El gran mapa será emplazado en el suelo, sobre el terreno abierto, en algún espacio del país y, puesto que el interior de cada pieza contendrá agua, el mapa se convertirá en una gran illa o qonopa, un objeto que nos traslada a la época prehispánica donde qonopas eran elementos importantes de conexión ceremonial, vínculo de comunicación con los ancestros y las deidades.
Qué mejor oportunidad de promover sinergia en un contexto como lo que simboliza el cumplimiento del Bicentenario. Y el mapa del Perú resulta ser el elemento icónico que, si bien representa este espacio ideal de convivencia e identidad, se transforma en un elemento alegórico de esperanza que nos moviliza a plantear alternativas creativas de movilización cultural, inclusión y, sobre todo, reflexión.
Roxana Artacho
Huñuy es una propuesta de gran envergadura que la artista y ceramista Roxana Artacho ha construido como consecuencia de su labor de largo aliento en este campo, mostrándonos las contradicciones de nuestro ambiente artístico / cultural. Pese a que somos un país muy rico en tradición alfarera, su desarrollo aún es muy limitado por estar expuesta a un maltrato que tiene que ver con la idea de manufactura seriada, artesanía o arte popular y, además, con la consideración que opera en función de su lugar de procedencia.
La forma cómo es asumida y valorada la cerámica por el establishment artístico contemporáneo, reduce posibilidades de inclusión y al mismo tiempo revela las diferencias de lo que significa el acceso a los recursos para la labor artística, si lo vemos o comparamos entre los centros de producción de cerámica de las zonas rurales en relación con las urbes.
Este proyecto expresa y pone énfasis en lo difícil que resulta ser artista en el Perú, y más aún, en relación con proyectos complejos que implican movilizaciones diversas, desde la coordinación y convocatoria con las fuerzas hacedoras, por ejemplo, sus mismos procesos de producción, hasta políticas de inversión y apoyo, pero sobre todo cuando buscamos involucrar los fueros del estado a través de sus instituciones político-culturales en las que, finalmente, la burocracia en lugar de brindar salidas o caminos para su desarrollo, termina por desacelerarlo y trabarlo, muchas veces desde los inicios de la gestión.
Sin embargo, a pesar de ello, Roxana Artacho abre este camino de fe para hacer de su proyecto, una labor participativa, cooperante, donde el sentido de comunidad es reconstruido desde la fragmentación, la diferencia y el antiracismo.
Su participación con Huñuy en esta Bienal del Cusco y bajo este contexto del Bicentenario, resulta importante porque permite generar reflexión y también conclusiones con respecto a dónde estamos o en qué estamos como sociedad, cultura y país… y esto es posible desde el arte.
Juan Peralta, curador
ROXANA ARTACHO
Artista peruana especializada en Kintsugi, arcillas, esmaltes de alta y baja temperatura y raku. Ceramistas como Phil Cornelius, Robert Kibler y Roger Porter han sido sus mentores, durante sus años de investigación y formación en California, EEUU. Volvió a la cerámica después de un recorrido por la fotografía de prensa cubriendo varios países en América Latina, Rusia y EEUU.
En el año 2010 regresó al Perú después de 20 años de estar fuera de su país, instalando su taller en Barranco, Lima. Su trabajo gravita en el uso del color y la textura en las elegantes y simples formas. Sus vasijas son parte de colecciones privadas en EEUU, México, Francia, Canadá, Suiza y Perú.
Actualmente comparte su labor entre el taller de cerámica proyectado a la comunidad como medio de desarrollo personal y sanación, y, por otro lado, el desarrollo de proyectos creativos desde la cerámica bajo una mirada contemporánea, entre instalaciones, esculturas, vídeo y fotografía, en colaboración con otros artistas.
Entre sus muestras individuales destacan: “Separación” realizada en el MAC Lima (2016); “Resiliencia”, Ryoichi Jinnai de la Asociación Peruano Japonesa (2018) Lima. Colectivas: “Primer encuentro de cerámica” (2019), MAC Lima; “Procesos” (2020), Centro Cultural PUCP; “Art Impact for Health” (2020), Palais des Nations, Ginebra, Suiza; “Huñuy” (2021), MUNA, Museo Nacional del Perú, Lima.
JUAN PERALTA, CURADOR
Curador asociado a Canal Museal y al Espacio Cultural Cordillera. Historiador, investigador y crítico de arte, con estudios en Historia del Arte en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de San Marcos, Lima, y en la Maestría en Antropología en la Unidad de Posgrado de Ciencias Sociales de la misma universidad. Cuenta con experiencia en la elaboración y ejecución de programas vinculados al arte contemporáneo y la cultura. Consultor para diversos espacios culturales. Ha sido curador para bienales, festivales y proyectos individuales y colectivos de artistas peruanos e internacionales. Colaborador para la revista de arte Artmotiv y editor de las revistas Arte Marcial y Rinoceronte, revista de la especialidad de grabado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
El proyecto cuenta con la colaboración de Teresa Arias y Daniel Contreras (Canal Museal).
CONVERSATORIO SOBRE LA PROPUESTA ARTÍSTICA “HUÑUY: PROYECTO PARA CONSOLIDAR UN PAÍS” Participan: Roxana Artacho (Lima, artista visual, ceramista, autora del proyecto); Juan Peralta (Lima, curador del proyecto).